Con las clases de español que ofrece Hablamos, además de aprender el idioma, podrás visitar y conocer este museo imprescindible

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es uno de los espacios artísticos más conocidos y visitados de Madrid. Con las clases de español que ofrece Hablamos, además de aprender el idioma, podrás visitar y conocer este museo imprescindible. Visitando este museo entenderemos la vida social y artística de España a comienzos del siglo XX a través de las corrientes artísticas del expresionismo, el surrealismo y el cubismo. Analizaremos este periodo histórico de grandes cambios y ambivalencias realizando un recorrido por este museo, sirviéndonos de una selección de obras de arte cuyo recorrido acabará en el Guernica. Sobre todo, con las sesiones culturales que incluyen las clases de español de Hablamos aprenderás y practicarás el español de una manera original y diferente.

Como adelanto, hoy queríamos presentarte un pequeño resumen de lo que significa la modernidad y las vanguardias en España a través de tres obras de diferentes artistas que podrás encontrar en este gran museo: La tertulia del Café del Pombo de Joaquín Gutierrez Solana, El Gran Masturbador de Salvador Dalí y El Guernica de Pablo Picasso. Antes de comenzar a hablar de estas obras clave, explicaremos brevemente qué son las vanguardias y de dónde vienen.  

El nombre de Literaturas de Vanguardia fue acuñado durante la Primera Guerra Mundial para designar una serie de inquietudes artísticas que se sitúan en la “avanzadilla” cultural del momento. El vanguardismo significó uno de los momentos de mayor unidad entre los artistas europeos que se proyectaron hacia la construcción de una nueva cultura y, por tanto, de una nueva sociedad. Pero el vanguardismo no fue ni mucho menos una tendencia unitaria sino que estuvo formado por una gran cantidad de movimientos, cada uno de ellos con peculiaridades, intenciones y técnicas propias. Lo que tuvieron en común fue el deseo de crear un arte radicalmente nuevo y que rompiese definitivamente con el realismo. La fractura que provocaron los movimientos de vanguardia con respecto al arte anterior estaba íntimamente ligada a los profundos cambios políticos y sociales producidos con la llegada del siglo XX. Los movimientos de vanguardia fueron fundamentalmente europeos y buena parte de ellos tuvieron raíz francesa, concretamente en París.

La tertulia del Café de Pombo, 1920, es​ ​la​ ​obra​ ​más​ ​emblemática​ ​de​ ​José​ ​Gutiérrez​ ​Solana

El​ ​autor​ fue un gran aficionado ​a​ ​las​ ​reuniones​ ​de​ ​intelectuales en cafés,​ frecuentes en el Madrid del primer tercio del siglo XX. Los cafés más conocidos entre los madrileños fueron: ​el Nuevo​ ​Levante,​ ​el​ ​Universal,​ ​el​ ​Candelas​ ​y,​ ​sobre​ ​todo,​ ​el​ ​que​ ​da​ ​título​ ​al​ ​cuadro,​ ​el Pombo. Solana retrata a algunos de los tertulianos más habituales y de esta forma nos traslada a un momento singular de la vida intelectual española de los años veinte y da a conocer los rostros de algunos de sus protagonistas. Actualmente, el cuadro se muestra al público en la segunda planta del museo dedicada a la irrupción del siglo XX, más concretamente en la sala 201, titulada Modernidad. Progreso y decadentismo.

El Antiguo Café y Botillería de Pombo, que sirvió de escenario para la pintura de Solana, inaugurado a comienzos del siglo XIX, se encontraba cerca de la Puerta del Sol, en el número 4 de la calle de Carretas, zona de librerías y tiendas de ortopedia. Es muy posible que fuese una botillería que se transformase poco a poco, por influjo de las modas, en un café. Autores de finales de siglo XIX mencionan que es una de las botillerías más antiguas de Madrid. Parece ser que era un local modesto y sombrío afamado por su leche merengada y el sorbete de arroz. Fue uno de los más conocidos locales de tertulia del Madrid del primer tercio del siglo XX.Tras la Guerra Civil, el Café de Pombo se convirtió en un lugar sórdido y prostibulario de la noche madrileña, pues las prostitutas del cercano Café de Zaragoza (al que el humor madrileño denominó café de la sífilis) daban un aspecto muy diferente del que tuvo en los años veinte. La botillería cerró definitivamente en 1942. 

El Gran Masturbador de Salvador Dalí

El Gran Masturbador de Salvador Dalí, pintado en 1929, está situado en la sala 205 del museo. Símbolo​ ​por​ ​excelencia​ ​de​ ​las​ ​obsesiones​ ​sexuales del artista, ​Salvador​ ​Dalí​ ​pinta este​ ​lienzo​ ​al​ ​final​ ​del​ ​verano​ ​de​ ​1929,​ ​tras​ ​pasar​ ​varios​ ​días​ ​con​ ​Gala. Se sabe que ella ​había decidido​ ​permanecer​ ​con​ ​él​ ​en​ ​Cadaqués en lugar de viajar a París con el poeta Paul Éluard (que era su esposo por aquel entonces​). El​ ​Gran​ ​Masturbador ​es​ ​un​ ​cuadro​ ​eminentemente autobiográfico:​ ​la​ ​gran​ ​cabeza​ ​del​ ​masturbador​ ​es​ ​una​ ​de​ ​las​ ​personificaciones​ ​del propio​ ​artista,​ ​que​ ​aparece​ ​en​ ​la​ ​pintura​ ​protagonizando​ ​varias​ ​escenas​ ​simultáneas, como​ ​reflejo​ ​de​ ​la​ ​transformación​ ​anímica​ ​y​ ​erótica​ ​que​ ​Dalí​ ​acababa​ ​de​ ​experimentar​ ​a causa​ ​de​ ​la​ ​aparición​ ​de​ ​Gala​ ​en​ ​su​ ​vida.​ ​Por​ ​otra​ ​parte,​ ​en​ ​esta​ ​inquietante composición,​ ​las​ ​fantasías​ ​dalinianas​ ​alcanzan​ ​su​ ​cénit,​ ​en​ ​especial​ ​por​ ​lo​ ​que​ ​respecta al​ ​motivo​ ​del​ ​saltamontes​ ​que​ ​succiona​ ​el​ ​cuerpo​ ​de​ ​la​ ​gran​ ​figura​ ​metamorfoseada,​ ​ya que, ​este​ ​insecto​ ​le​ ​aterrorizó​ ​siempre​ ​de​ ​forma​ ​especial, incluso​ ​ya​ ​desde​ ​los​ ​días​ ​de​ ​su​ ​infancia.

El Guernica de Pablo Picasso

El cuadro más celebre del siglo XX: El Guernica fue adquirido a Pablo Picasso por el Estado español en 1937. Debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el artista decidió que la pintura quedara bajo la custodia del Museum of Modern Art de Nueva York hasta que finalizara el conflicto bélico. La obra finalmente regresó a nuestro país en el año 1981, una vez restablecidas las libertades democráticas.

Reflejo fiel de una época y de unas dramáticas circunstancias, el Guernica nació para formar parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París de 1937. El motivo que impulsó a Pablo Picasso a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la villa vasca que da nombre a la obra. Concebido como un gigantesco cartel, el gran lienzo es el testimonio del horror que supuso la Guerra Civil española, así como la premonición de lo que iba a suceder en la Segunda Guerra Mundial. La sobriedad cromática y la intensidad de todos y cada uno de los motivos determinan el extremado carácter trágico de la escena, que se convertirá en el emblema de los desgarradores conflictos de la sociedad de nuestros días. El Guernica está considerado como unas de las obras de arte más representativas del siglo XX.

Esperamos que hayas disfrutado con esta pequeña presentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y pincelada de las vanguardias en España. Recuerda que podrás aprender español de una manera sencilla y enriquecedora con Hablamos y las actividades culturales celebradas cada viernes.

¡Te esperamos!

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